viernes, 6 de mayo de 2011

GRAUS


Prados verdes oscenses

a través de mi ventana,

atardeceres casi eternos,

salir el sol en la mañana.


Despertar mientras sueño

con cantos de aves libres

o tormentas con estruendo

que nos riegan los maices.


Iglesias de tiempos añejos

recordando las reconquistas

de aquellos valientes guerreros

que por ti ya dieron sus vidas.


La montaña que cambia de ropa

a la llegada de la loca primavera

del blanco entonces se divorcia

porque el verde bien la camela.


A sus faldas entonces floreadas

el agua de brillo se engalana

ruge entonces el cauce de los ríos

alimentando el gran lago Barasona.


Y en las noches teñidas y oscuras

de las calles del abosoluto silencio ,

solo perros vagan, y algún minino

en las calles del pueblo grausino.



Sergio Rodríguez.-